martes, 24 de septiembre de 2013

Amar sin apegos

Cuán potentes pueden ser las palabras.
Me he puesto a pensar en el compromiso que conlleva decir algunas frases…
Te amaré por siempre.
Siempre contarás conmigo.
Estaremos juntos por siempre.
Nunca te fallaré.
Nunca voy a dejarte.
Y así, pudiendo mencionar frases cada vez más comprometedoras.

¿De quién será la decisión de permanecer con alguien? Por una parte es el compromiso entre ambos lo que define gran parte de esa decisión; pero no es todo. Existen más factores que lo determinan. Lo que ocurre a través del tiempo, la voluntad de Dios (si le pedimos que nos someta), etcétera.
Ojalá mis palabras fueran tan fuertes para decirle a quien amo que “voy a estar con él para el resto de mi vida”… desgraciadamente no está en mí prometer tal acuerdo aunque yo así lo quiera.

La ilusión de permanencia a veces nos lleva a cometer faltas en lo que decimos: un ‘nunca’, un ‘siempre’ salen sobrando cuando después en el futuro, que se vuelve nuestro presente, quedamos advertidos que así prometamos cien veces, nuestras palabras no tienen toda la influencia.

Estoy de acuerdo que en las emociones no se manda. Una emoción es una reacción fisiológica que permite adaptarnos a determinados estímulos que recaen sobre nosotros desde el ambiente que nos rodea. Qué más que recibirlos con gracia, ¿no?
Sí, son las emociones las que nos hacen sentir muchísimas cosas cuando vemos a la persona amada, desde la más alta y lujosa ilusión. Nos sentimos soñados. Es ahí cuando decimos que “nos dejamos llevar por la emoción”.

Por experiencia, también estoy de acuerdo que cuando hemos pronunciado una de esas frases mencionadas arriba es porque realmente se sienten. Hasta se crea la necesidad de decirlas para menguar de alguna manera el “amor” que sentimos dentro.

Sin embargo, una cosa son las emociones, otra cosa es el pensamiento y de ahí, otra cosa son los sentimientos.
Está comprobado que una emoción no dura mucho (al menos que pienses constantemente en lo que la causó). Así que podemos esperar 5 minutos, y pensar tranquilamente si es necesario comprometerte de tal manera con tan pesadas frases.

Reconozco que sí he dicho frases de ese tipo en el pasado, pero terminé dándome cuenta que no se cumplieron. Que palabras son palabras, y se las lleva el viento.
Ni amé por siempre, ni me quedé por siempre con quien pretendí, ni me casé con él y, por supuesto, dejó de ser el amor de mi vida.

Ahora prefiero disfrutar el presente, vivir en intensidad y agradecer por la persona que ahora está a mi lado. Ya no quiero mentir. Prefiero callar a decir algo sostenido por la emoción.
Me siento mejor, porque sé que cuando le digo algo es realmente auténtico, es venido de los sentimientos, y ahí sí me comprometo.

Esas frases existen, lo sé, pero en mi opinión pienso que son malas conjugaciones. No basta sentirlas y decirlas, sino demostrarlas. Y como un ‘siempre’ y un ‘nunca’ no sólo depende de nosotros, mejor evitarlos. ¿Para qué decir a mi pareja lo que no voy a poder demostrar?

Y si las frases que mencioné al principio parecen fuertes. He pensado otras con cierto grado de necesidad y dependencia.
No puedo vivir sin ti.
Sin ti mi vida no es nada.
De qué me sirve vivir si no estás conmigo.
Te necesito.
Tú me haces feliz.
No puedo olvidarte.
Nunca encontraré a nadie mejor que tú.
En fin, de estas hay un montón; tan sólo de una canción puedo sacar unas quince si me lo propongo.
No, yo no caigo… estas frases no son románticas.
¿Por qué sentirse desdichado cuando somos solteros? Hoy en día los medios comunicación aseveran cosas que seguro los autores mismos no están dispuestos a cargar sobre sí.

“AMAR SIN APEGOS ES AMAR SIN MIEDO. EL AMOR ES LA OPERACIÓN POR LA CUAL NOS ADAPTAMOS AL OTRO, SIN DEJAR DE SER UNO MISMO. PODEMOS SUJETARNOS DESPACIO Y TIERNAMENTE, COMO QUIEN NO QUIERE LASTIMAR NI LASTIMARSE. ES UNA UNIÓN MARAVILLOSA DE DOS SERES QUE PARECEN UNO”.

“CUANDO ESTÁS EN UNA RELACIÓN EN LA QUE NO TE AMAN COMO QUISIERAS O NO TE RESPETAN, PERO SIGUES ALLÍ AFERRADO (A) PESE A TODO, ESPERANDO EL MILAGRO DE LA RESURRECCIÓN IMPOSIBLE, PASASTE LOS LÍMITES DEL AMOR RAZONABLE E INTELIGENTE”.

“NO PODEMOS VIVIR SIN AFECTO, NADIE PUEDE HACERLO, PERO SÍ PODEMOS AMAR SIN ESCLAVIZARNOS. EL SANO DESAPEGO NO ES MÁS QUE UNA ELECCIÓN QUE NOS DICE A GRITOS: EL AMOR ES AUSENCIA DE MIEDO”.

“¿QUÉ PASA SI EL OTRO NO SE ANGUSTIA CON NUESTRA AUSENCIA, ¿QUÉ PASA SI NUESTRA PAREJA NO SIENTE CELOS? […] UNA COSA ES AMAR SINCERAMENTE Y OTRA AMAR ESCLAVIZÁNDOSE, UNA COSA ES DEFENDER EL LAZO AFECTIVO Y OTRA AHORCARSE CON ÉL. EL EQUILIBRIO ADECUADO EN EL AMOR, ES CUANDO LAS DEMANDAS DE LA PAREJA Y LAS NECESIDADES PROPIAS SE ACOPLAN RESPETUOSAMENTE POR AMBAS PARTES.”

“CUANDO DECIMOS QUE EL APEGO CORROMPE QUEREMOS SIGNIFICAR QUE ME IDENTIFICO CON ALGUIEN DE TAL MANERA QUE NO PUEDO VIVIR SIN ÉL, QUE MI FELICIDAD DEPENDE DE ALGO AJENO A MÍ A LO CUAL PERTENEZCO. NO PUEDES POSEER LO QUE AMAS, SÓLO DISFRUTARLO. DE AHÍ QUE DEPENDER ES ESCLAVITUD, ES DOBLEGAR LOS PRINCIPIOS Y SER DEL OTRO. AMAR ES SER LIBRO PSICOLÓGICA Y EMOCIONALMENTE; SIN AMOS.”

“AMAR SANAMENTE ES ENREDAR DOS EGOS CON EROTISMO Y TERNURA, SABIENDO, POR LAS DUDAS,  CÓMO SE DESATA EL NUDO. SI NO LO SABES, YA TE PERDISTE EN EL OTRO, Y AUNQUE ESTÉS APARENTEMENTE FELIZ, HABRÁS DEJADO DE SER TÚ.”

“NO NECESITO POSEER PARA AMAR. NO QUIERO SER EL DUEÑO DE QUIEN AMO. NO QUIERO CONQUISTAR NI TOMAR: AMAR NO ES UN ACTO DE GUERRA […] NO TE POSEO, TE DISFRUTO MIENTRAS ANDAS RONDANDO POR MI VIDA; Y ESO ES MUCHO.”

Walter Riso – Amar o depender.
  

1 comentario:

  1. Cuentan que un joven adolescente le escribió esta carta de amor a su novia:

    “Si estas a mi lado, me encanta, lo disfruto, me alegra, me exalta el espíritu; pero ni no estás, aunque lo resienta y me hagas falta, puedo seguir adelante. Igual puedo disfrutar de una mañana de sol, mi plato preferido sigue siendo apetecible (aunque como menos), no dejo de estudiar, mi vocación sigue en pie, y mis amigos me siguen atrayendo. Es verdad que algo me falta, que hay algo de intranquilidad en mí, que te extraño, pero sigo, sigo y sigo. Me entristece, pero no me deprimo. Puedo continuar haciéndome cargo de mi mismo, pese a tu ausencia. Te amo, sabes que no te miento, pero esto no implica que no sea capaz de sobrevivir sin ti. He aprendido que el desapego es independencia y esa es mi propuesta… No más actitudes posesivas y dominantes… Sin faltar a nuestros principios, amémonos en libertad y sin miedo a ser lo que somos”. (Amar o depender – Walter Riso)

    ResponderEliminar

Otra vez para Anayantzin: