Cuán potentes
pueden ser las palabras.
Me he puesto a
pensar en el compromiso que conlleva decir algunas frases…
Te amaré por
siempre.
Siempre contarás
conmigo.
Estaremos juntos
por siempre.
Nunca te
fallaré.
Nunca voy a
dejarte.
Y así, pudiendo
mencionar frases cada vez más comprometedoras.
¿De quién será
la decisión de permanecer con alguien? Por una parte es el compromiso entre
ambos lo que define gran parte de esa decisión; pero no es todo. Existen más
factores que lo determinan. Lo que ocurre a través del tiempo, la voluntad de
Dios (si le pedimos que nos someta), etcétera.
Ojalá mis
palabras fueran tan fuertes para decirle a quien amo que “voy a estar con él
para el resto de mi vida”… desgraciadamente no está en mí prometer tal acuerdo
aunque yo así lo quiera.
La ilusión de
permanencia a veces nos lleva a cometer faltas en lo que decimos: un ‘nunca’,
un ‘siempre’ salen sobrando cuando después en el futuro, que se vuelve nuestro
presente, quedamos advertidos que así prometamos cien veces, nuestras palabras
no tienen toda la influencia.
Estoy de acuerdo
que en las emociones no se manda. Una emoción es una reacción fisiológica que
permite adaptarnos a determinados estímulos que recaen sobre nosotros desde el
ambiente que nos rodea. Qué más que recibirlos con gracia, ¿no?
Sí, son las
emociones las que nos hacen sentir muchísimas cosas cuando vemos a la persona
amada, desde la más alta y lujosa ilusión. Nos sentimos soñados. Es ahí cuando decimos
que “nos dejamos llevar por la emoción”.
Por experiencia,
también estoy de acuerdo que cuando hemos pronunciado una de esas frases
mencionadas arriba es porque realmente se sienten. Hasta se crea la necesidad
de decirlas para menguar de alguna manera el “amor” que sentimos dentro.
Sin embargo, una
cosa son las emociones, otra cosa es el pensamiento y de ahí, otra cosa son los
sentimientos.
Está comprobado
que una emoción no dura mucho (al menos que pienses constantemente en lo que la
causó). Así que podemos esperar 5 minutos, y pensar tranquilamente si es necesario
comprometerte de tal manera con tan pesadas frases.
Reconozco que sí
he dicho frases de ese tipo en el pasado, pero terminé dándome cuenta que no se
cumplieron. Que palabras son palabras, y se las lleva el viento.
Ni amé por
siempre, ni me quedé por siempre con quien pretendí, ni me casé con él y, por
supuesto, dejó de ser el amor de mi vida.
Ahora prefiero
disfrutar el presente, vivir en intensidad y agradecer por la persona que ahora
está a mi lado. Ya no quiero mentir. Prefiero callar a decir algo sostenido por
la emoción.
Me siento mejor,
porque sé que cuando le digo algo es realmente auténtico, es venido de los
sentimientos, y ahí sí me comprometo.
Esas frases
existen, lo sé, pero en mi opinión pienso que son malas conjugaciones. No basta
sentirlas y decirlas, sino demostrarlas. Y como un ‘siempre’ y un ‘nunca’ no
sólo depende de nosotros, mejor evitarlos. ¿Para qué decir a mi pareja lo que
no voy a poder demostrar?
Y si las frases
que mencioné al principio parecen fuertes. He pensado otras con cierto grado de
necesidad y dependencia.
No puedo vivir
sin ti.
Sin ti mi vida
no es nada.
De qué me sirve
vivir si no estás conmigo.
Te necesito.
Tú me haces
feliz.
No puedo
olvidarte.
Nunca encontraré
a nadie mejor que tú.
En fin, de estas
hay un montón; tan sólo de una canción puedo sacar unas quince si me lo
propongo.
No, yo no caigo…
estas frases no son románticas.
¿Por qué
sentirse desdichado cuando somos solteros? Hoy en día los medios comunicación
aseveran cosas que seguro los autores mismos no están dispuestos a cargar sobre
sí.
“AMAR SIN APEGOS
ES AMAR SIN MIEDO. EL AMOR ES LA OPERACIÓN POR LA CUAL NOS ADAPTAMOS AL OTRO,
SIN DEJAR DE SER UNO MISMO. PODEMOS SUJETARNOS DESPACIO Y TIERNAMENTE, COMO
QUIEN NO QUIERE LASTIMAR NI LASTIMARSE. ES UNA UNIÓN MARAVILLOSA DE DOS SERES
QUE PARECEN UNO”.
“CUANDO ESTÁS EN
UNA RELACIÓN EN LA QUE NO TE AMAN COMO QUISIERAS O NO TE RESPETAN, PERO SIGUES
ALLÍ AFERRADO (A) PESE A TODO, ESPERANDO EL MILAGRO DE LA RESURRECCIÓN
IMPOSIBLE, PASASTE LOS LÍMITES DEL AMOR RAZONABLE E INTELIGENTE”.
“NO PODEMOS
VIVIR SIN AFECTO, NADIE PUEDE HACERLO, PERO SÍ PODEMOS AMAR SIN ESCLAVIZARNOS.
EL SANO DESAPEGO NO ES MÁS QUE UNA ELECCIÓN QUE NOS DICE A GRITOS: EL AMOR ES
AUSENCIA DE MIEDO”.
“¿QUÉ PASA SI EL
OTRO NO SE ANGUSTIA CON NUESTRA AUSENCIA, ¿QUÉ PASA SI NUESTRA PAREJA NO SIENTE
CELOS? […] UNA COSA ES AMAR SINCERAMENTE Y OTRA AMAR ESCLAVIZÁNDOSE, UNA COSA
ES DEFENDER EL LAZO AFECTIVO Y OTRA AHORCARSE CON ÉL. EL EQUILIBRIO ADECUADO EN
EL AMOR, ES CUANDO LAS DEMANDAS DE LA PAREJA Y LAS NECESIDADES PROPIAS SE
ACOPLAN RESPETUOSAMENTE POR AMBAS PARTES.”
“CUANDO DECIMOS
QUE EL APEGO CORROMPE QUEREMOS SIGNIFICAR QUE ME IDENTIFICO CON ALGUIEN DE TAL
MANERA QUE NO PUEDO VIVIR SIN ÉL, QUE MI FELICIDAD DEPENDE DE ALGO AJENO A MÍ A
LO CUAL PERTENEZCO. NO PUEDES POSEER LO QUE AMAS, SÓLO DISFRUTARLO. DE AHÍ QUE
DEPENDER ES ESCLAVITUD, ES DOBLEGAR LOS PRINCIPIOS Y SER DEL OTRO. AMAR ES SER
LIBRO PSICOLÓGICA Y EMOCIONALMENTE; SIN AMOS.”
“AMAR SANAMENTE
ES ENREDAR DOS EGOS CON EROTISMO Y TERNURA, SABIENDO, POR LAS DUDAS, CÓMO SE DESATA EL NUDO. SI NO LO SABES, YA TE
PERDISTE EN EL OTRO, Y AUNQUE ESTÉS APARENTEMENTE FELIZ, HABRÁS DEJADO DE SER
TÚ.”
“NO NECESITO POSEER
PARA AMAR. NO QUIERO SER EL DUEÑO DE QUIEN AMO. NO QUIERO CONQUISTAR NI TOMAR:
AMAR NO ES UN ACTO DE GUERRA […] NO TE POSEO, TE DISFRUTO MIENTRAS ANDAS
RONDANDO POR MI VIDA; Y ESO ES MUCHO.”
Walter
Riso – Amar o depender.
Cuentan que un joven adolescente le escribió esta carta de amor a su novia:
ResponderEliminar“Si estas a mi lado, me encanta, lo disfruto, me alegra, me exalta el espíritu; pero ni no estás, aunque lo resienta y me hagas falta, puedo seguir adelante. Igual puedo disfrutar de una mañana de sol, mi plato preferido sigue siendo apetecible (aunque como menos), no dejo de estudiar, mi vocación sigue en pie, y mis amigos me siguen atrayendo. Es verdad que algo me falta, que hay algo de intranquilidad en mí, que te extraño, pero sigo, sigo y sigo. Me entristece, pero no me deprimo. Puedo continuar haciéndome cargo de mi mismo, pese a tu ausencia. Te amo, sabes que no te miento, pero esto no implica que no sea capaz de sobrevivir sin ti. He aprendido que el desapego es independencia y esa es mi propuesta… No más actitudes posesivas y dominantes… Sin faltar a nuestros principios, amémonos en libertad y sin miedo a ser lo que somos”. (Amar o depender – Walter Riso)