domingo, 21 de octubre de 2012

Sábado 2: Barranca de Huentitán-Oblatos





































"Extrañando a Dina"


Aún queda mucho por aprender 
Yo, que creí saber tanto respecto a relaciones amorosas, últimamente, sin querer y sin darme cuenta, observando mis experiencias, mis aciertos y sobre todo, mis errores, he visto que en materia de amor, aún me falta tanto por APRENDER... por ENTENDER... por CAMBIAR... por CORREGIR... por ACEPTAR... porMEJORAR...
DEBO APRENDER que enamorarme no es obsesionarme ni irme a los extremos.
DEBO APRENDER a no poner toda la motivación de mi vida en sólo una persona.
DEBO ENTENDER que no se debe rogar amor y que una relación de pareja no es para vivir angustiado.
DEBO APRENDER que si pretendo tener una relación de adulto, debo comportarme como tal.
DEBO ACEPTAR que en el amor como en cualquier otra cosa de la vida, existen los tropiezos, las caídas y los dolores, y el miedo solamente dificulta más las cosas.
DEBO APRENDER que no es bueno sobrevalorar, endiosar, ni idealizar a nadie. Porque todos somos humanos y no debo esperar de mi pareja más de lo esperable de un ser humano.
DEBO APRENDER que es bueno ser como soy, siempre y cuando eso no implique irrespetar a quien esté conmigo.
DEBO ACEPTAR que en algunas ocasiones es necesario pasar por un gran dolor para conocer una gran felicidad, ya que a veces el suelo del fondo es el más apto para brincar.
DEBO ENTENDER que la confortabilidad brindada por la rutina es engañosa, porque la realidad está en constante cambio, por eso es necesario aprender a tolerar la inseguridad natural de la vida cotidiana.
DEBO ACEPTAR que los planes pueden desaparecer en un instante, porque el futuro se mueve como él desee y no como a mí me dé la gana. Si éste me permite hacer algunas cosas sobre él, debo estar agradecido y no lamentándome por lo que no pude hacer.
DEBO ACEPTAR que alrededor del amor se han creado muchas mentiras. Por eso debo dejar de volverle la cara a la verdad sólo para seguir en una falsa comodidad o por miedo al dolor. Si la vida me demuestra que aquello en donde puse mi corazón es una farsa, debo aceptarlo; llorando, desahogándome y renaciendo como una nueva persona.
DEBO MEJORAR mi amor propio...
Para que la partida de quien quiero no me haga sentir despreciado, humillado o rechazado.
Para no ser tan sensible al abandono.
Para no terminar creyendo que me dejaron por feo o por tonto, y poder aceptar que simplemente funcionó el tiempo necesario.
Para no arrastrarme poniéndome de alfombra a los pies de nadie.
DEBO ACEPTAR que agradarle a alguien hoy no garantiza el agradarle mañana. Y eso no tiene por qué ofenderme si lo acepto...

Si acepto que a veces las personas no pueden dar más.
Si acepto que quien esté conmigo tiene derecho a no estarlo, y a que yo ya no le guste.
Si acepto que quien amo, tiene derecho a tomar sus propias decisiones, aunque a mí no me satisfagan.


DEBO RECORDAR que a veces, lo bueno se obtiene esperando y presionando se arruina. Por eso es necesario tener paciencia, esperar tranquilamente y RECORDAR...

Que la impaciencia es producto de un impulso emocional, el cual tal vez pronto pasará.
Que la impaciencia asfixia a quien está conmigo.

Que la presión se puede convertir en irrespeto. 
Que tomar una decisión mientras estoy impaciente es peligroso, porque estoy influido por un estado emocional extremo y pierdo toda objetividad, ahí no va mi verdad, sino mi impulso, mi compulsión, y podría hacer algo de lo que me arrepienta.

Además, si soy paciente no veré la espera como sufrimiento. 
DEBO APRENDER a no ser posesivo. Que alguien se marche no es perder una pertenencia que me gustaba mucho. Mi pareja no es mía, es prestada, y "su dueño" tiene derecho a llevársela cuando desee. Y aunque "ser dueño" de alguien brinde más seguridad que tenerlo prestado, debo entender que eso es una ilusión. Aunque la creia mía, no lo es, por lo tanto...

No puedo decidir sobre la vida de quien esté conmigo. No puedo esperar que actúe sólo de acuerdo a mis deseos. No debo controlarle, manipularle, adueñarme de ella, ni decidir su destino. No debo reclamarle a la vida por hacerme devolverle lo que me prestó. 
Pero sobre todo... DEBO APRENDER... QUE NUNCA DEJARÉ DE APRENDER, y mientras continúo aprendiendo, debo permitirme vivir y sentir.
Y ahora, que me empiezo a recuperar de los dolores sufridos gracias a ni siquiera haber aprendido que aún queda mucho por aprender, lo único restante por hacer es, en medio de unas cuantas lágrimas, tomar un gran suspiro y decirme a mí mismo...
¡Bueno amigo...volvamos a empezar!


Texto extraído del libro:
"Extrañando a Dina"

Escrito por el psicólogo
Mario Alonso Madrigal

San José, Costa Rica, 2006

viernes, 19 de octubre de 2012

Vendedor VS Servidor

Ya uno no sabe...

Generalmente creemos que quien tiene "la razón" es el ciudadano, sea un detenido o quien fuere del pueblo (en este caso el vendedor ambulante), y quién está cargando la mano es el gobierno (en este caso un servidor público). Pero hoy por segunda vez pasó que me equivoqué:
Resulta que afuerita de la Basílica de Zapopan estaban dos vendedores, y llegaron hacia ellos discretamente dos encargados de los famosos permisos para comerciantes, uno llegó por atrás y el otro brincó unas áreas verdes para sorprenderles; uno de los vendedores alcanzó a verlos y ése pudo escabullirse y se les escapó entre la multitud. Entonces fue así como llegaron estos servidores hacia "el pobre vendedor" que se había quedado, yo para eso venía muy lejos de alcanzar a ver qué pasaba, pero lo que pude ver es que ya estaban quitándole la mercancía (uno de ellos) y el otro escribiendo sobre unos papeles. Ya cuando llegué lo que dije fue: No amigo, con tal de detener a este pobre señor te subiste a la jardinera, y bien que a uno nos advierten que no debemos pisar las áreas verdes... Eso fue lo primero que se me ocurrió decir (ja-ja), después como todas las veces en que me nace defender a las personas sometidas por policías, tránsitos, ahora encargados de permisos... cualquier servidor público -yo estaba contra ellos-, empecé a defender a este globero diciendo cosas como: -tengan corazón, -es la chamba de donde mantiene su hogar, -no les afecta en nada, -no es justo que le quiten sus cosas... y así...
No sé porqué, no es porque me guste el mitote, porque si fuera así estaría como las personas que se quemaron el chisme de lejitos pero bien obvios, ya casi les faltaban las palomitas para presenciar el espectáculo agusto, no, lo mío es como que veo algo que aparenta ser injusto y en contra del pueblo, yo ahí estoy de "defensora de los derechos humanos"... no sé... pero algo en mis neuronas me prende a manifestarse en contra del gobierno... me prendía...
Después de que me expresé, los servidores también, me quedé pensando: Bueno, y todo lo que he defendido ¿en qué lo estoy basando? si no conozco la historia que debe haber detrás de todo esto para que recurran a multarlo ni a este señor. Así fue que uno de los servidores le dijo: Dile todo lo que te hemos ayudado, las veces que te hemos advertido y las alternativas que te dijimos... Ahora sí que fue como un balde de agua fría, me puse a escuchar al vendedor y dijo: Honestamente, si me han dado muchísima chance y bla bla bla.
La verdad es que ¡qué vergüenza! Ponerme a defender a alguien sólo porque parece ser algo injusto y poco misericordioso.
Es la segunda vez que me pasa en los últimos meses, la otra vez fue que estuve en el punto exacto cuando la patrulla de un policía chocó contra el carro de una ciudadana, ah no pues ahí estaba mi mamá defendiendo a la señora sin saber si la señora realmente le importaba hacer bulla y reclamar o simplemente esperar a que tránsito viniera y él se encargara de todo, pues al final fue la opción última mencionada :$ ja-ja-ja
Ahorita ya han pasado varias horas después del suceso y mi conciencia no me deja descansar, siempre había sido igual, la culpabilidad por haber abogado incorrectamente.
Ah! y para agregarle, antes de eso (en el mismo día de hoy) en el ISSSTE por poco y armo otro escándalo por una injusticia hacia mí, que analizándolo bien fue algo sin importancia.
Pero precisamente por eso relato esto: Debo intentar cambiar este aspecto de mí, de exaltarme con tanta facilidad, pues bien sé que es cuando menos debemos manifestarnos porque todo dentro de nosotros "está prendido" y decimos incoherencias, imprudencias... argumentos sin pensarlos y a veces sin base alguna. Admito que la mayoría de estas veces quedo como una pendeja.
Claro que intentaré siempre alzar mi voz a favor de la Justicia, pero no de la manera incorrecta en que lo hago (hacía), como le dije a mi mamá: para la otra sólo me paro frente al suceso, escucho y me informo de lo que realmente está pasando y no de lo que aparenta pasar, y si después de eso ESTOY SEGURA de a quién defender con argumentos lógicos pues claro que lo haré. Y para eso, para defender a la justicia, necesito estar en mis cinco sentidos; la justicia me necesita cuerda.




"Hoy por tí, mañana por mí"