lunes, 25 de marzo de 2013

Mi esencia en lenguaje escrito


No sé por dónde empezar… ¿debería saberlo? No creo, de toda forma voy a cometer un error al intentar describir mi esencia en palabras. La esencia no debería ser escrita, sino simplemente sentida. Pero es precisamente mi propia esencia la que me lleva a escribirla, ya que gran parte de mi esencia se afana en ser mostrada en lenguaje. Es algo que me define, escribir y escribir sin principio ni fin, acerca de lo que sea. Sólo aprovecho el momento en que mi esencia me lo dicta, y empiezo. Sé que realmente después de que termine de escribir esto no tendrán ni una noción de lo que en verdad mi esencia es; soy de los que creen que el lenguaje limita, y nunca llega a transmitir lo que se quiso decir, siquiera llega a acercarse.
Esencia es lo que venimos conservando desde que nacimos, o transpersonalmente hablando, desde que fuimos. Yo pienso qué características llevo conmigo desde el mero inicio de mi ser, pero por razones lógicas sólo recuerdo algunas, las cuales no me cuesta recordar. Primera de ellas, y de las más marcadas, es mi necesidad de interiorizarme, denomínese aislarse, introversión, ser antisocial, solitaria. La verdad es que no encuentro ningún concepto que defina a la perfección lo que quiero decir sobre mí, no las veo correctas. Es simplemente preferir la soledad antes que relacionarme con personas, es preferir estar en casa leyendo que afuera cantando. Eso desde pequeña, por eso esencia. Desde chica me apartaba de los demás y creaba un mundo muy a parte; desde el kínder me imponía como la inadaptada. Fui creciendo y ha permanecido en mí eso de gustar de observar y analizar.
No vengo acá a escribir sobre mi esencia con intención de criticarla, o de categorizar características como buenas o malas. Eso es subjetivo. Yo sólo hablo como en lenguaje paralelo al de un dios. Aunque sé que un dios no andaría describiendo esencias; en pura palabrería en español, castellano o lo que fuese. Sepa como hablen los dioses, pero se me ocurrió. Así soy yo.
También mi creatividad ha sido permanente, un ser creativo no sólo en manualidades, qué risa, mi creatividad cuando creo métodos para solucionar problemas cotidianos, creatividad al declararme, y en todo. Soy creativa, astuta, cuando sí me piden hacer una tarea de tal forma, la hago de otra.
Otra partícula de mi esencia es, sin duda, preguntar. Supe que preguntar sobre todo, no había quedado en “la etapa de los porqués”, sino había caminado conmigo hasta ahora, siendo adulta. De pequeña me preguntaba, como todos los niños, muchas cosas. Ahora sigo haciéndolo. Bastantes más preguntas. Cuestiono, y es parte de mi esencia. Aun recuerdo preguntas tan filosóficas que desde 5 años me planteaba, sólo como hobbie. Porque luego llegaba un amiguillo a interrumpirme con sus "trivialidades" de salir a jugar.
Mi esencia es no abrirme demasiado, o abrirme demasiado. Es así, soy un completo panteón, y un centro comercial.
Y es que creo que todos tenemos asuntos personales-sagrados que no deberían andarse parloteando en terapias grupales. Pero ellos no piensan así, no les cuesta soltar la sopa, se desahogan y fluyen.
Cuentan de sus vidas, yo sólo los escucho, y aunque mi Ello quiera burlarse, mi moral lo calla. Cuando es mi turno, sólo le digo a la maestra que no tengo nada qué compartir (cuando en realidad tengo un millón), entonces sólo dice: Siguiente. No la juzgo. Pasa su vida como psicóloga escuchando fregadera y media de personas. Bien le va que yo no desee hablarme.
…Pero… ¿En qué absurdo he caído? Me encuentro aquí y ahora, tratando de explicar mi esencia. Jamás podría. Ni con toda la sabiduría universal. Pero así soy yo.
Hoja y media eséntica, y ya me cansé.

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