Estoy nerviosa…
No sé si hoy en día
algo valga la pena…
Sí, otra vez es
Anayantzin ensimismada, hablando sobre ella misma y su cuestionable existencia…
¿Valdrá la pena
cada día despertar y orar?...
Me despierto todos
los días cuestionándome porqué los que más he amado se han tenido que marchar…
no me da pena que demás se enteren de lo
que ahora no puedo evitar sentir… de alguna forma –extraña y dudosa forma-
soy humano, y puede que entre tantos, alguien se sienta igual…
Un día mi hermano
contrajo matrimonio, y yo no sabía qué estaba pasando… sólo sabía que tenía que
adaptarme a mi nueva vida sin él, al menos sin él en casa, y eso era lo que
importaba, “¿de qué me valía saberlo sin tenerlo?”. Mi segundo hermano dijo
adiós un par de semanas después… aun me pregunto cómo es que pueden “vivir” mis
dos hermanos sin verse uno al otro desde hace 12 años… Todo lo que creí permanente resultó no serlo,
aun inocentemente creí que mi padre se quedaría en las veces que venía a
visitarnos, (“esta vez sí”, decía yo) ahora realmente no creo ni un pi de lo que su confusa boca habla…
Todo eso me ayudó a
crecer… supongo; pero hoy, hoy me sorprendo a mí preguntándolo todo…
Cuando creo estar mejor,
bien, veo vídeos caseros o fotografías… Suficiente para dejar de estarlo… mi
hermano menor se siente igual que yo, en una lucha constante e incesante entre
lo que es su nueva familia formada y su familia de crianza, una dualidad, una
distancia entre dos países.
¿Valdrá la pena, de
verdad?
La otra vez vimos
un vídeo sobre los planetas en youtube…
al final nuestro planeta no era ni siquiera una pelota, ni un punto. Sino desaparecía,
literalmente, al mostrar planetas más grandes… no somos nada, y yo me encuentro ahora llorando por unos seres
humanos. Qué trivial.
Sigo buscando “algo”,
con el que no logro dar; pertenezco a una religión que de pequeña me lo dio
todo, sencillamente todo, me forjó, me dio valores, principios y enseñanzas,
ahora me encuentro rechazando todo lo que venga de ella, peor es no saber
porqué, (ni siquiera es que dude, tan sencillo como fuera eso) y tomando otros
caminos como lo es lo místico, la magia, el tarot y la transmutación. Lo peor
es que temo que eso que ando buscando se encuentre dentro mío, eso sí da miedo,
y no la saga de Saw… Creo que es por preferir enfocarme en cómo me ven los
demás. Es mucho más “fácil” echar un vistazo a un reflejo mío, de lo que es
verme completamente. Por lo menos eso es lo que pienso inconscientemente.
Aunque de cuando en cuando se hace evidente que estoy gastando demasiada energía
al tratar de comprender lo que otra gente ve de mí, y ajustando así mi conducta
a sus expectativas. Es agotador llegar al final de un día normal.
A veces predico
sobre la importancia de la soledad, “platicas internas”, el valor de la
introversión, pero quién soy yo, paso la
mayor parte del tiempo conmigo misma y ni siquiera me conozco… Cuando digo conocerme finalmente, resulta
que ya he cambiado.
¿Qué fue en un
principio?...
Me he visto a mi misma en alguien, y ya le hablado
de lo que siento y pienso, lamento decir que tengo miedo… me abrí con ese
conocido-desconocido ser… tengo miedo de sentir esto que siento nuevo… imagino si así exactos son los eclipses…
me da miedo, perderme… saberlo existente…
Voy con un grupo de
compañeros, algunos me llaman “cielito” con ternura, y me abrazan, dicen
estimarme pero yo no lo siento… tengo miedo de familiarizarme con ellos, y más
miedo me da saber que es inevitable. Por eso siempre deserto de todo, nada termino,
sólo digo adiós antes de colocarme en un
sentido de pertenencia… esta vez sí quiero terminar, no sé porqué.
Hay días que siento
muy seguro saber que hay “alguien” supremo que me entiende, y no juzga que a
veces lo juzgue, le pido que no me olvide aun cuando yo me haya olvidado de él…
o ella… Es un dios no-egoísta, no es creado por los humanos ni movimientos ni
nada limitante, porque comprende la necesidad de todos por alcanzar la
felicidad… sí, sueño de todos, y creo que lo que nos hace diferentes uno de
otro son las herramientas tan peculiares que tomamos para alcanzarla; algunos
dicen encontrarla en una religión (yo quisiera), otros en el comercial de un nuevo
modelo de auto… ni hablar… sé que entiende dios nuestro afán, y el porqué a
veces nos alejamos tanto de nosotros
mismos, unos con otros y consigo mismos, en ambos sentidos, nos aislamos,
de alguna manera, para encontrarnos.
De pequeña me encantaba
una película, su nombre era “Sally
Marshal no es un alien”… la veía una y otra vez, me gustaba ver cuando Sally
realmente sí era un alien, y partía de este planeta a ser donde era.
Cuán añoro volver a ser niña… el niño todo lo
cree, se deja guiar sin apuro, es espontáneo, natural… Llegué a ser como niña
aun en la edad adulta por algún tiempo, pero hubo “otro tiempo”, no sé cuándo,
por ahí de los 17 años, empecé a dudar, a cuestionar, a juzgar y prejuzgar, a
ponerle a todo miles de etiquetas, a categorizar y, por qué no, a criticar y
sentirme criticada... empecé a dejar de
ser. Ya no sé si es normal, pero ¿valdrá la pena?... me sorprendo aquí sentada
frente a esta máquina escuchando a Ludovico Einaudi; escribiendo de no sé qué,
en un intento apresurado por desahogar…
A mí me fascinan
los gatos, cuando veo uno es mi máxima expresión de ternura. Me gustan los bebés
también y otras cuestiones cursis como el rosa.
Extraño gente, y no
quiero.
¿Qué es la vida? ¿Qué
es el ser humano?
¿Valdrá la pena
simplemente intentar resolverse? Pero es que no encuentro de otra, o eso, o despertarse, levantarse, tomar un desayuno, tomar un baño,
vestirse, y partir de “casa” a “cumplir con las obligaciones”, regresar, entrar
a casa, hacer tareas laborales, escolares y hogareñas, prender tv para “volver
a salir de casa”, dormir… figurar que nada ha cambiado, al menos no con la
propia existencia… sí con el mundo… los
noticieros y algunos artículos dicen que estamos evolucionando… lo deducen por
eso de “la tecnología”, pero ¿realmente?... ¿valdrá la pena dicha evolución?
Tanto sé mucho que me doy cuenta que no sé nada… Pudiera mencionar qué piensa
mi religión al respecto, o la gnosis, también el budismo, y todas esas finas
corrientes en que me he involucrado… pero concluyentemente me quedo sin nada…
Volar es lo que
quiero… al menos por ahorita; porque “quiero
por temporadas”.
¿Por qué mi papá
jamás me ha dicho te amo? Es una
pregunta retórica, verdaderamente no quisiera que fuese contestada; sólo se me
hace curioso… y anormal, conforme a mi propia experiencia… pero sí, creo
abiertamente como posibilidad que no lo diga porque simplemente no lo sienta,
¿y qué?... me agrada pensar eso porque entonces creo que de su boca salen puras
cosas sinceras, ¿para qué decir te amo si
es una farsa? Así quiero ser yo, así soy yo… intento crear coherencia entre lo
que siento y expreso. Love is a mystery dice
Ludovico Einaudi, y también el no-amor es un misterio… ahora veo… Tengo un
amigo huérfano que se le ve muy feliz… “él no es trivial como yo”, a veces
pienso. Porque no se estanca en preguntas que no dependen de él… sino es a medida que puede.
Hay cosas que me
duelen, como ahora que encuentro mi casa tan vacía, como lo ha sido desde hace
10 años… y hay cosas que me hacen feliz, intento que sean cosas dependientes sólo
de mí, como cuando mi cuerpo me hace un llamado de tener sed… yo le
correspondo, y siento cómo es que puedo cumplir con mis necesidades vitales…
No sé qué sea para
mañana, ¿valdrá la pena predecir el futuro? ¿O dejarse llevar por la corriente?
Veo por mi ventana
a los bípedos televisivos, a veces me dan nauseas, pero los dejo ser… bastante
tengo con yo no-ser. “Ellos son
felices”, pienso… “al menos”…
Sí, muy probable es
que todo esto que escribo en Word lo
pase a Blogger… ya de a poco he pasado de ser una lápida a una feria
abierta 24/7… Sí, es muy probable que todo esto escrito sea brote de una
crisis existencial o personal, ¿pero cuándo acabará? No le veo fin, y ni
siquiera razón… ¿valdrá la pena?... algunas veces la diviso, pero no estoy
segura…
Las personas nos
hacemos aparecer ante otras por alguna razón, a veces extrañas e insoslayables
razones… sólo quiero imaginar que apareció por una importante.
Quiero amar.
Ya no sé cuántos
escritos tenga sobre lo que siento y otros sobre lo que pienso, acerca de
cosas, son muchísimos, unos en Word, carpetas “llenas”, muchos ya en blogger, otros
en mi usb… algunos en mi cabeza… unos
hasta en metroflog.com… yo no sé,
escribir es de las pocas cosas en donde no tomo control, y, en cambio, me dejo
llevar.
¿Valdrá la pena
vivir? ¿Sin poder tener jamás la certeza –excepto por medio de fe- quién te
autorizó estar acá o qué te obligo a existir? Yo creo que sí, sólo es cuestión
de encontrar un sentido personal y
buscar fe, aunque sea debajo de las rocas de esta roca grande en que nos plantaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Otra vez para Anayantzin: